Hoy,
31 de enero, hemos conocido a la primera maestra invitada, María
Herrador. María, ha empezado contándonos su trayectoria cómo
profesional ya que ha conocido un montón de escuelas (Zarautz,
Aduna, Zizurkil...) y un montón de sistemas y metodologías
correspondientes (amara berri, urtxintxa, proyectos, Eskola Txikiak...).
Personalmente, le gusta la metodología que se utiliza en las “Eskola
Txikiak”. Es por eso, que a día de hoy, ejerce muy a gusto en la
escuela de Zubieta, una de las 25 “Eskola Txikiak” que hay en
Guipuzcoa.
En esta escuela (Zubietako Eskola Txikia), se trabaja por proyectos y María nos a
explicado un proyecto que puso en marcha el curso escolar 2012-2013,
que involucraba las TICs (Tecnologías de la Información y la
Comunicación): “Pelikula Proiektua”. Este proyecto es un taller
de cine para niños de Educación Infantil. El objetivo era que los
niños hicieran una película utilizando diferentes recursos
tecnológicos y para ello, se basaron en la película “Mi vecino
Totoro”.
“Mi
vecino Totoro” es una película de animación japonesa dirigida por
Hayao Miyazaki en 1988 sobre un espíritu del bosque al que llaman
"Totoro". Es el cuarto largometraje realizado por Studio
Ghibli, del que Totoro es su logotipo. Elegida por la revista
británica Time Out como la mejor película de animación de la
historia, fue reestrenada en cines el 30 de octubre de 2009 en España
mediante la distribuidora eOne Films Spain. La película es un
retrato de la vida rural japonesa en los años cincuenta. Un profesor
universitario se traslada junto a sus dos hijas a una casa cerca de
un bosque mientras su mujer se recupera de tuberculosis en un
sanatorio rural. Sus hijas descubren la existencia de los
"duendecillos de polvo", de este modo aprenden que hay
seres que no todos pueden ver, como los espíritus del bosque,
solamente aquellos de corazón puro. Mei, de cuatro años de edad,
resulta fascinada al encontrar dos pequeños espíritus y se
determina a encontrar al rey del bosque, Totoro.
Cuando Josemi nos
planteó la situación en clase (la clase previa a que viniera
María), no nos pareció viable. Creímos que los niños de 2 y 3
años eran demasiado pequeños y no estarían capacitados para crear
una película utilizando distintos recursos tecnológicos. Para
nuestra sorpresa, creemos tener una opinión distinta tras escuchar
la experiencia de María. A continuación, narraremos brevemente el
proceso de este proyecto y acabaremos con una reflexión individual.
María
ha ha llevado a cabo este proyecto con 15 alumnos de 2 y 3 años (10
alumnos de 3 y 7 de 2). Primero, vieron la película en cuatro
sesiones de 20 minutos debido a la larga duración (hora y veinte
minutos) y decoraron el aula después basándose en la película.
Hemos de mencionar, que para poder realizar este proyecto, tanto el
profesorado como el alumnado recibió asesoramiento (por así
llamarlo) de personas ajenas a la escuela. Los profesores recibieron
asesoramiento del Berritzegune y los alumnos visitaron la escuela
audio-visual de Andoain para aprender a hacer fotos. Como antes hemos
dicho, para nosotras ha sido una sorpresa ver que los niños de 2 y 3
años estén capacitados para hacer este proyecto. No pensábamos que
fueran capaces de programar la grabación, crear unas secuencias y un
guión, de desarrollar la grabación con cámaras de fotos y vídeo,
y de utilizar programas de edición. Finalmente invitaron a las
familias, a los profesores y a los alumnos a la proyección de la
película de tres minutos. Para ello, decoraron una sala de la
escuela cómo si fuera una sala de cine con sus asientos numerados
correspondientes, una alfombra roja... Cada invitado tenía su
entrada (también echa por los niños) y fueron a ver el estreno de
la película vestidos de gala.
Como
acabamos de explicar, el proyecto ha tenido varias etapas. Primero
vieron la
película de “Mi vecino Tororo”, luego tuvieron que organizar la
grabación mediante un proceso de participación democrática
(asambleas). También se han encargado de dibujar los personajes,
montar los escenarios y añadir grabaciones de voz y música entre
otras cosas. Por último, el proyecto finalizó con la proyección de
la película a los padres en la simulación de una sala de cine.
Personalmente creo que es genial. Para empezar, me parece muy útil y
enriquecedor el echo de que tomen las decisiones importantes en
asamblea. Creo que es esencial que los niños aprendan desde pequeños
a escuchar, a expresar, a persuadir, a justificar su opinión, a
comunicar... y sobre todo, a trabajar en equipo, a cooperar. Por
último, me parece muy importante el hacer una actividad
recopilatoria final, al final de cada proyecto.
En
la escuela en la que he estado de practicas, también se trabaja por
proyectos y hacen una actividad importante elegida por los propios
niños al final de cada proyecto: puede ser una exposición, un
teatro, una fiesta, un libro echo por ellos... En este caso, podemos
decir que la actividad que hizo María es adecuada por varias
razones. Para mi, la razón principal es que implica a las familias
además del profesorado y alumnado, factor que me parece muy
positivo. Por otro lado, los niños pueden ver el resultado de su
trabajo y pueden orgullosos enseñárselo a los demás. A todo esto,
hay que añadirle lo que les gusta decorar el cole (en este caso como
si fuera una sala de cine), disfrazarse (vestirse de gala) y fingir
que la escuela es otra cosa (en este caso un cine), les encanta. En
la escuela en la que yo he estado por ejemplo, para dar fin al
proyecto “Beldurra” tienen pensado hacer una fiesta de disfraces.
Para ello, decoraran la escuela con la temática de miedo antes. Los
niños están realmente entusiasmados con la idea, de echo fue una
propuesta de un niño de 5 años que gusto a todos.
Para
acabar, decir que me ha gustado mucho la clase de hoy. Creo que con
cosas así aprendemos mucho más que estando en clase con un libro,
ya que aprendemos mucho más de las experiencias reales de una
maestra que de la teoría que haya podido escribir alguien que nunca
a pisado un aula. Me ha gustado conocer algo más de la metodología
de las “Eskola Txikiak” y de las ventajas que tiene el trabajar
por proyectos y el tener en el mismo aula alumnos de distintas
edades.